El uso de gas lacrimógeno en la frontera fue un «crimen de guerra»

0
299
Corriendo de los gases lacrimógenos en la frontera. Foto: Agencias

Los medios han dado un amplio despliegue a la noticia de los cientos de integrantes de la Caravana de Migrantes que, desde el lado mexicano, intentaron cruzar la frontera, pero fueron repelidos con gases lacrimógenos lanzados desde EE.UU. Pero lo que se ha omitido es que ese ataque, bajo las convenciones internacionales, es un «crimen de guerra», por lo que se debería aplicar la justicia al reclamo de «invasión» de Trump, como lo sugiere el autor del presente artículo de opinión.
Por Thomas L. Knapp
El 29 de octubre, el presidente Donald Trump usó Twitter para advertir que la «caravana» de migrantes que se acercaba a la frontera entre México y Estados Unidos era «una invasión de nuestro país y que nuestros militares los están esperando». El 18 de noviembre, cuando la caravana llegó a Tijuana —y a la frontera— reiteró la afirmación de la «invasión»: «[Los] EE. UU. No está preparado para esta invasión y no lo tolerará».
Como un popular presentador de radio conservador nos recuerda con frecuencia, «las palabras significan cosas».
Es una perversidad caracterizar a una «caravana» de migrantes, un grupo de civiles no combatientes, muchos de ellos mujeres y niños, que se desplazan de un lugar a otro en busca de seguridad, libertad y medios de vida, como una «invasión». «¿El viaje matutino de millones de trabajadores a cada una de las principales ciudades estadounidenses es una «invasión»? Más de 1 de cada 10 estadounidenses se mudan cada año, a menudo de una ciudad a otra, de un condado a otro e incluso a través de las «fronteras» estatales. ¿Son ellos «invasores»?

- Advertisement at [email protected] -

¿Qué es una invasión?
Una invasión es una operación militar violenta. Pasar de Tegucigalpa, en Honduras, a Topeka, en Kansas, para encontrar un trabajo y alquilar un apartamento no es nada de eso.
Pero Trump usó esta palabra, e incluso prometió una respuesta militar. Entonces, por un instante y por el bien de la discusión, tomémoslo en serio. Hay una guerra en la frontera, al menos en la febril imaginación de Trump.
Estados Unidos es signatario de la Convención de Armas Químicas, en virtud de la cual «cada Estado parte (de la Convención) se compromete a NO utilizar agentes (químicos) para el control de disturbios como método de guerra».

Fue un crimen de guerra
Si la confrontación en el cruce fronterizo de San Ysidro, en California, es de hecho un combate para derrotar a los «invasores», entonces el uso de «gas lacrimógeno» (un arma química prohibida por la Convención) contra los miembros de la «caravana», el 26 de noviembre, fue un crimen de guerra.
Las víctimas estaban en el lado mexicano de la frontera. México es parte del Estatuto de Roma, lo que significa que los delitos cometidos en su territorio —independientemente de la nacionalidad de los autores— están bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI).
Es poco probable que la Corte pueda llevar a los perpetradores ante la justicia (lo que incluiría a toda la cadena de mando que autorizó el uso del gas lacrimógeno, incluido el Presidente Trump), e imponer el castigo debido, ya que EE.UU. se niega a reconocer la jurisdicción de la CPI.

«Alertas Rojas» de la Interpol
Lo que la Corte sí PUEDE hacer es investigar el incidente y, si determina que se cometió un crimen de guerra en un territorio bajo su jurisdicción, emitir «Alertas Rojas» de la Interpol, que exigen a los estados que sí reconocen su jurisdicción, a detener a los autores y entregarlos para enjuiciarlos, sí se presenta la oportunidad de hacerlo.
El efecto práctico de tal acción sería que ni el presidente Trump, ni ninguna de las demás personas responsables podrían viajar fuera de los Estados Unidos, sin temor a ser arrestados. Siempre.
Este debería ser un «momento de enseñanza». Las palabras realmente significan cosas, y cuando un presidente usa una palabra mendaz, para obtener una ventaja política, las obligaciones y consecuencias asociadas a ese uso también aplican.
Estoy enviando esta columna por correo electrónico a la Oficina del Fiscal de la Corte Penal Internacional —[email protected]. Espero que otros también actúen para llamar la atención del Tribunal sobre el crimen en cuestión.

Thomas L. Knapp (Twitter: @thomaslknapp) es director y analista senior de noticias en el Centro William Lloyd Garrison para el Periodismo de Defensa Libertario (thegarrisoncenter.org). Vive y trabaja en el centro norte de Florida.
Traducción: A. Mondragón

DEJA UNA RESPUESTA

¡Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingresa tu nombre aquí